Lipedema

El lipedema sigue siendo una enfermedad mal diagnosticada, en la mayoría de casos se confunde con obesidad, problemas vasculares y linfedema. Te explicamos la diferencia.

La acumulación de grasa en las piernas, ¿es obesidad o lipedema? Lo primero que tiende a pensar la sociedad al ver unas piernas con grasa es que se trata de obesidad. Sin embargo, la acumulación de grasa en las piernas acompañada de un dolor persistente, que no mejora con dieta y ejercicio, es lipedema.

El lipedema es, concretamente, una enfermedad del tejido graso que se forma con la acumulación progresiva de células grasas.

En la mayoría de casos se produce en las piernas, pero también puede darse en los brazos (30% de los casos). Afecta exclusivamente a las mujeres, aunque rara vez puede darse el caso en hombres. Alrededor del 11% de la población femenina sufre esta enfermedad.

El lipedema, va acompañado de dolor persistente, restando calidad de vida a la persona que lo sufre. Es toda una frustración para el paciente ya que ve que con dieta y ejercicio no mejora. Además, no es una patología común entre los médicos, el 80% la desconocen, por lo que suelen dar un diagnóstico erróneo. La Organización Mundial de la Salud reconoció  en 2018 el lipedema como una patología.

El lipedema se clasifica en 5 tipos de acuerdo a la región que afecta, tal como se muestra en la imagen de inicio y 4 grados o etapas según su progresión.

Por lo anterior el tratamiento es personalizado según el tipo y grado, el cual se diagnosticará en consulta con nuestros profesionales.

Actualmente no existe un estudio totalmente fiable que nos indique los motivos exactos que causan el lipedema. Sin embargo, si nos basamos en los casos reales existentes, estos se han dado por cambios hormonales importantes, como el embarazo, la menopausia, la pubertad o tomar anticonceptivos.

Por otro lado, estudios americanos apuntan a que se debe por mutaciones genéticas.

El diagnóstico es clínico , basado en síntomas y signos que presentan las pacientes, puede ser realizado por especialistas como vascular, nutrióloga, kinesiologas del equipo.

  • ⁠Aumento progresivo de tejido graso únicamente en zonas concretas: siempre en las piernas aunque también puede darse en brazos.
  • Pesadez en las piernas y sensibilidad al tocarlas. Llegan a formarse hematomas con facilidad.
  • A medida que la enfermedad y la pesadez van avanzando, el dolor comienza a ser más persistente. El dolor dificulta cualquier actividad física, incluso en reposo o en una jornada laboral de pie.
  • No existe ninguna mejora con dieta, perdiendo volumen del torso pero no en las zonas afectadas. La alimentación antiinflamatoria ayuda a controlar los síntomas.
  • Movilidad reducida. Las piernas llegan a adquirir una forma tubular debido a la acumulación de grasa, impidiendo la buena marcha. 
  • Alteraciones osteoarticulares como hiperlaxitud , genu valgum o piernas en X, condromalacia y alteraciones posturales.

En la obesidad la grasa se reparte de manera proporcionada por todo el cuerpo. No se concentra en una zona exclusiva. Además, la obesidad se combate con una alimentación saludable y ejercicio. La obesidad tampoco duele como ocurre con el lipedema.